Cómo funcionan nuestros oídos
Parece muy simple Tenemos oídos y oímos, ¿no? Nunca pensamos mucho en el proceso y nunca tenemos que pensar en escuchar porque es algo que la mayoría de nosotros siempre hemos dado por sentado. Pero, ¿cómo escuchamos realmente?

El sonido está compuesto por una amplia gama de vibraciones. Estas vibraciones son tan ligeras que no podemos (o raramente) sentirlas, pero son tan amplias en alcance, fuerza e intensidad que nos permiten escuchar diferentes tonos y volúmenes.

Estas vibraciones viajan por el aire y son captadas por nuestros oídos. Nuestras orejas externas (llamadas Pinna) tienen forma para canalizarlas en nuestro canal auditivo.

Desde nuestro oído externo las vibraciones viajan al canal auditivo. Esta canalización mejora las vibraciones antes de que estimulen nuestro tímpano haciéndolo vibrar también. Una vez más, la vibración es muy ligera, pero extremadamente compleja, y rara vez podemos sentirla.

Detrás de nuestro tímpano, en nuestro oído medio, hay una serie de pequeños huesos llamados osículos (a veces llamados martillo, yunque y estribo debido a su forma. Estos son los huesos más pequeños en nuestros cuerpos y se mueven cuando nuestro tímpano se mueve fortaleciendo aún más las vibraciones antes de transferirlas a la ventana ovalada: la apertura de la cóclea o nuestro oído interno.

La cóclea, aproximadamente del tamaño de un guisante, está llena de líquido. Aquí hay una serie de canales y cámaras que contienen alrededor de 15,000 pequeñas células ciliadas. Cuando el líquido se mueve alrededor de estas células ciliadas, las estimula a crear impulsos eléctricos. Las diferentes longitudes y potencias de las ondas de sonido estimulan diferentes partes de la cóclea, en conjunto o sección por sección, lo que nos proporciona el rango de sonidos altos a bajos, suaves a fuertes.

La cóclea está vinculada al nervio auditivo y una vez que se crean los impulsos eléctricos, multitudes de impulsos viajan simultáneamente desde la cóclea a lo largo del nervio auditivo hacia la parte de nuestro cerebro donde interpretamos inteligentemente estos impulsos como sonido. Hasta el momento, la ciencia médica no ha determinado cómo sucede realmente este proceso.

Todo esto sucede a una velocidad de microsegundos. Incluso cuando recibimos muchos sonidos a la vez, nuestros oídos son lo suficientemente inteligentes como para decodificar las vibraciones y cambiarlas a impulsos eléctricos. A medida que disminuye la audición, esta habilidad se debilita.

No es sorprendente que si algunos pierden el oído les resulta más difícil escuchar, y a medida que envejecemos nuestros huesos a veces se calcifican haciendo que los huesecillos funcionen con menos eficacia. Algunas personas pierden los pequeños pelos en la cóclea, lo que hace imposible que la cóclea cree los impulsos eléctricos necesarios para un habla o música claras.

El sistema auditivo es complejo y se puede dañar en cualquier sección. Es una buena idea controlar su audición regularmente a medida que envejece para controlar cualquier pérdida auditiva.

Instrucciones De Vídeo: ¿Cómo funciona el oído? - Anatomía del oído (Mayo 2024).