Tormentas y el Espiritu
Prepararse y sobrevivir a un huracán o cualquier evento climático grave puede ser estresante, incluso aterrador. Los medios de comunicación y las autoridades locales emiten advertencias y brindan información valiosa para reunir los suministros necesarios y para evacuar a lugares más seguros. Las personas con las que entras en contacto comparten sus propios temores sobre lo que puede o no suceder, y lo que están haciendo para prepararse para la tormenta. El espíritu puede ser bombardeado con una amplia gama de emociones, algunas de las cuales se pueden manejar y otras pueden volverse abrumadoras.

Cuando reciba la primera noticia, es posible que no preste mucha atención, porque si tiene suerte, puede que tenga varios días de aviso. A medida que pasa el tiempo, comienza a desarrollarse un sentido de urgencia. Luego, se le solicita que tome medidas para reunir todos los elementos necesarios para hacer frente a una posible situación de emergencia, y también para mantenerse a sí mismo y a sus seres queridos si los servicios públicos y otros servicios no funcionan. Hacer los arreglos necesarios le da un sentido de propósito, así como sentimientos de confianza y control. Ciertamente, la mayoría de las personas harán todo lo posible para prepararse y preparar sus hogares.

A medida que las condiciones climáticas empeoran, puede surgir el miedo. ¿Será tan malo como dicen? ¿Será peor? ¿Estamos en peligro? Es difícil permanecer quieto y esperar una tormenta cuando hay tantas cosas a su alrededor. Puede sentirse vulnerable, en riesgo de consecuencias devastadoras, incluso atrapado. Es importante estar listo para abandonar el área si es necesario, pero también para relajarse y saber que ha hecho todo lo posible. Ahora puede ser el momento de acurrucarse con una manta y descansar. Ahorrar fuerzas en caso de que sea necesario tomar medidas es realmente todo lo que se puede hacer hasta que pase la tormenta. Sorprendentemente, algunos en realidad pueden sentirse energizados y emocionados ante la idea de la llegada del mal tiempo.

Durante el evento meteorológico, algunas personas recurrirán al poder superior en el que creen para su comodidad y para garantizar su seguridad y protección. Sentir que una entidad mayor y más fuerte lo está vigilando durante un evento grave puede estabilizar las emociones y ayudarlo a pasar muchas horas difíciles. Hay quienes confían en colgantes, momentos, cristales u otros artículos que sienten que les dan energía positiva y apoyo emocional. Reunir a sus seres queridos y mascotas a su alrededor también aliviará el estrés y aliviará la sensación de estar solo.

Cuando pasa la tormenta, hay una sensación de alivio y, con suerte, las pérdidas son mínimas. Los espíritus se elevan cuando pasa la amenaza del peligro. Si hay pérdidas de vidas y bienes, tomará una gran cantidad de tiempo procesar el shock y la pena resultantes. Las personas se unirán para ayudarse mutuamente a recuperarse y avanzar. El espíritu tiene un instinto de supervivencia y quiere restablecer el equilibrio, así como actuar con amor para ayudar a los necesitados.

El espíritu puede experimentar una miríada de emociones y sentimientos cuando se enfrenta a los desafíos de una tormenta fuerte. Depende de nosotros confiar en nuestra voz interior y nuestra fuerza para llevarnos a través de tal evento. Al igual que después de cada tormenta hay un nuevo comienzo y una calma que se establece, el espíritu también regresa a un lugar tranquilo después de lidiar con un evento dinámico.

Instrucciones De Vídeo: GRUPO ESCOGIDO DEL ESPIRITU SANTO Depues de la Tormenta (Abril 2024).