Santa Jadwiga, la única mujer rey de Polonia
Saint Hedwig, llamada también Jadwiga de Anjou o Jadwiga de Polonia, nació a fines de 1373 o principios de 1374. Criada en Hungría, como hija menor del rey Luis I de Hungría y Elisabeth de Bosnia, estaba relacionada con la antigua Dinastía polaca nativa de Piasts en el lado paterno y materno. Aunque de niña estuvo comprometida con William de Habsburgo, en 1384 Jadwiga se convirtió en Monarca de Polonia y se decidió su matrimonio con el príncipe lituano Jagiello. Como los Señores de la Pequeña Polonia nunca aceptaron a la Reina María, la hija mayor de Luis I de Hungría, quien reinó oficialmente en Polonia hasta su muerte en 1382, y su esposo fue expulsado del país, Elisabeth de Bosnia aceptó que la menor de las hijas, a quien los Señores eligió - se convertiría en el monarca. Jadwiga llegó a Cracovia en 1384 y fue coronado como rey de Polonia ya que la ley polaca no tenía disposiciones para una mujer gobernante (reina). El título también enfatizó su descendencia y, por lo tanto, el derecho a reinar como monarca, no como reina consorte.

Aunque la vida de la reina Jadwiga fue corta, ya que murió en 1399, a la edad de 25 años, poco después del nacimiento de su pequeña hija, hay muchos cuentos y leyendas que demuestran su bondad y devoción a Dios y al país. Aunque Jadwiga fue canonizada solo en 1997 por el Papa Juan Pablo II, y beatificada solo 10 años antes, ya había sido tratada y mencionada como una santa desde su muerte. Su lugar de entierro en el castillo de Wawel en Cracovia todavía es ampliamente visitado por numerosas personas que admiran su amabilidad y piedad.

Cabe señalar que Jadwiga es uno de los santos más populares y conocidos de Polonia. A través de su matrimonio con el príncipe Jagiello de Lituania, mucho mayor (quien comenzó una nueva dinastía de gobernantes polacos), el país ha fortalecido su posición en Europa. La unión con Lituania, el país que se bautizó poco antes, amplió la Europa cristiana y permitió a ambos países derrotar al enemigo de larga data: la Orden Teutónica. Las crónicas describen a St. Jadwiga como una mujer alta, rubia, de gran belleza, políglota bien educada (ya que hablaba 5 idiomas extranjeros) que no solo se ocupaba de los asuntos políticos de Polonia sino también de los habitantes más pobres. Hizo mucho trabajo de caridad: fundó un hospital en Biecz, equipó hospitales en Sandomierz y Sacz, y se ocupó de otros hospitales. Ella luchó no solo por la prosperidad material de sus súbditos sino también por su dignidad. Por petición propia, fue enterrada con un orbe de madera y un cetro, ya que vendió sus joyas para hacer una donación para la renovación de la Academia de Cracovia, conocida hoy en día como la Universidad Jagiellonian.

Gracias a las crónicas sabemos que Jadwiga lideró la auto mortificación. En su vida unió la contemplación con la acción práctica. Entre todas las representaciones de St Jadwiga, la más popular es la realizada por Jan Matejko. Durante una de las exhumaciones de King, hizo un boceto de su cráneo que permitió reconstruir las posibles miradas de Jadwiga. Entre las leyendas más populares relacionadas con Jadwiga, hay que mencionar las de "cruz de Jadwiga" y "pie de Jadwiga".

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