Cómo lidiar con Talking Back
Una de las cosas más impactantes que te puede pasar como madre es la primera vez que tu hijo te responde. Desafortunadamente, la primera vez que habla no es probable que sea la última vez. La buena noticia es que hay algunas tácticas básicas para responder, y es tan probable que trabajen a los cinco como a los quince. Cuanto mayor sea su hijo, más directo y personal puede parecer su respuesta, por lo que dominar su respuesta temprano probablemente le ahorrará mucho dolor en los próximos años.

Primero, recuerde siempre que la respuesta de su hijo no debe tomarse personalmente. A estas alturas ya sabe que sus hijos tienen una habilidad especial para descubrir cómo presionar sus botones. Volver a hablar no es diferente. Una vez que su hijo se da cuenta de que una táctica particular lo afecta, es probable que vuelva a emplear la misma táctica. Los niños, especialmente, tienden a pensar menos en el impacto emocional que pueden tener sus palabras que en la respuesta inmediata que obtienen. Por ejemplo, si su hijo (a cualquier edad) sabe que está discutiendo con usted, tratando de obtener la última palabra o haciendo preguntas interminables para aclarar lo que quiere decir (es decir, ¿limpiar mi habitación? ¿Qué debo limpiar? La limpié la semana pasada , está bien. ¿Qué quieres decir exactamente con "limpio"?) hará que capitules de alguna manera, ten la seguridad de que lo hará. No es que no te ame ni te respete, solo está enfocado en el objetivo inmediato. Así que nunca tomes nada de lo que dice como un ataque personal, lo que lleva directamente a la siguiente estratagema.

Segundo, sé firme y conciso. Las madres tienden a ponerse más emocionales cuanto más se sienten presionadas por sus hijos. Los hijos, desafortunadamente, escuchan menos cuando las madres están emocionadas (los estudios han confirmado este punto). Acostúmbrese a transmitirle sus expectativas a su hijo y luego finalizar la conversación, a menos que le haya preguntado específicamente si tiene alguna pregunta o si entiende sus instrucciones. Cuanto más responda cuando él le responda, más se sentirá atraído, y más comentarios terminará dándole involuntariamente (en otras palabras, le enseña que su palabra no es realmente la última palabra y que habrá espacio para negociación o retraso). A menos que ese sea el mensaje que desea transmitir, entrar, salir y seguir con su vida (suena duro, pero en realidad es un buen mantra a tener en cuenta si te encuentras habitualmente confrontado por un hijo discutidor).

Finalmente, sé consistente. Como con todo lo relacionado con la crianza de los hijos, la consistencia es la fórmula mágica. Si, desde que es joven, su hijo comprende que no hay discusión con usted, aumenta sus posibilidades de que domine esta lección para cuando sea mayor. ¿Eso significa que nunca responderá o discutirá? Por supuesto que no, pero al nunca participar, reduce significativamente las probabilidades de que esto se convierta en un problema importante para usted. Sigue siendo desapasionado, expresa tus expectativas y no permitas más conversaciones a menos que lo solicites específicamente. ¡Toda su familia se beneficiará!

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