Llena tus bolsillos de alegría
¿Conoces a alguien que es feliz todo el tiempo? ¿Te agravan cuando quieres quejarte o quejarte un poco? A aquellas personas que siempre son alegres y parecen superar la escala de optimismo se les conoce como Pollyanna, en referencia a la heroína de la novela Pollyanna, de Eleanor Hodgman Porter. Ella era consistente y algunos podrían decir excesivamente optimista.

Al leer el libro de Filipenses, puede notar que las palabras están llenas de optimismo. El autor, el apóstol Pablo, escribe sobre su constante alegría. Lo interesante es que Pablo estaba en prisión, en Roma, mientras escribía esta carta a la iglesia de Filipos.

Se podría pensar, dadas las circunstancias, que estaría un poco deprimido o deprimido. Estaba bajo arresto domiciliario en una residencia privada, pero encadenado día y noche a un soldado romano. No muchos de nosotros queremos estar cerca, las veinticuatro horas del día, con alguien que amamos, y mucho menos con un soldado que probablemente ni siquiera era amigable. Paul habría tenido todo el derecho de quejarse. Podría escribir a los filipenses pidiendo sus oraciones por su liberación o al menos por su consuelo y aliento.

Paul tuvo problemas: su arresto y la amenaza de muerte. Tuvo problemas por su cuenta. Hubo predicadores que aprovecharon su encarcelamiento para promocionarse, quizás con el objetivo de ganar algo de la fama del apóstol. Estos asuntos no le importaron a Pablo mientras se predicara el evangelio de Cristo. Él escribió alegremente.

Pablo comenzó su carta a la iglesia diciéndoles cómo agradeció a Dios por ellos con toda alegría, cada vez que pensaba en ellos. Dijo que hizo sus peticiones por ellos con alegría. Luego enumeró lo que le dio alegría: su comunión en el evangelio y la confianza de que Dios continuaría su buen trabajo en ellos.

Si buscáramos gozo en la vida de Paul, no lo buscaríamos en su encarcelamiento, pero ahí fue donde escribió su carta sobre el gozo. Paul no encontró alegría en la cárcel, la trajo consigo. La alegría verdadera y duradera no proviene de las circunstancias. Joy era el compañero constante de Paul. Llegó con su absoluta confianza en su Salvador y en la provisión del Espíritu.

La alegría espiritual no es una actitud. No depende de la casualidad o las circunstancias. Es la profunda y duradera confianza de que, independientemente de lo que esté sucediendo en esta vida, todo está bien entre el creyente y el Señor.

Paul no era un Pollyanna. No era excesivamente optimista. Su alegría fue construida sobre una roca sólida. Estaba lleno de la verdad de Jesucristo.
    Llena tus bolsillos de alegría y llévalo contigo a todas las circunstancias de este mundo.

  • Jeremías 29:11 - Dios, que es Creador y todopoderoso, tiene planes para mí. Sus planes son para el bien, no para el desastre.

  • Isaías 40:29 Dios da poder cuando soy débil y fuerza cuando soy impotente.
  • Romanos 10: 9- Si confieso que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que Dios lo levantó de la muerte, seré salvo.

  • Hebreos 13: 5 - Jesús prometió nunca dejarme y nunca abandonarme.



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