La melatonina es una hormona que se produce naturalmente en un área del cerebro humano llamada glándula pineal. Dado que la producción de melatonina es estimulada por la exposición a la oscuridad, y los niveles en la sangre son más altos justo antes de la hora normal de acostarse, se cree que la melatonina ayuda a regular los patrones de sueño. La hormona se produce en el cuerpo a partir del aminoácido esencial triptófano.

Hay muchos beneficios potenciales de la melatonina, pero no todos han sido probados exhaustivamente. Sin embargo, el uso de melatonina para ajustar los patrones de sueño después de los cambios de zona horaria ("jet lag") es un uso que ha sido respaldado por varios estudios en humanos. Los médicos a menudo sugieren que sus pacientes que realizan viajes distantes comienzan a tomar melatonina el primer día que viajan a la hora en que se irán a la cama en la nueva zona horaria. Continuada durante varios días, la hormona sintética mejorará la recuperación del sueño normal en hasta la mitad de las personas que experimentan jet lag.

El uso de melatonina en ciertos otros grupos está respaldado por una cantidad limitada de investigación. El síndrome de fase tardía del sueño (DSPS) es un trastorno de los ritmos circadianos del cuerpo. Los pacientes con DSPS tardan más en quedarse dormidos y duermen de manera menos eficiente que otros de la misma edad. Los estudios han sugerido que tomar melatonina por la noche restablecerá el tiempo de sueño; sin embargo, una administración más temprana (hasta 6 ½ horas antes de acostarse) es aún más efectiva.

La prevalencia del insomnio aumenta con la edad porque la producción de melatonina disminuye gradualmente. Como resultado, la continuidad y la calidad del sueño disminuyen considerablemente. Para el insomnio de las personas mayores, la suplementación con melatonina disminuye la cantidad de tiempo necesaria para conciliar el sueño, pero se necesitan más estudios, especialmente para determinar los efectos secundarios a largo plazo.

La melatonina también se puede usar en niños con trastornos neuropsiquiátricos como el autismo o la epilepsia, para ayudarlos a conciliar el sueño más rápidamente y permanecer dormidos por más tiempo. La investigación indica que la hormona es segura y efectiva, al menos para uso a corto plazo. Sin embargo, debe administrarse y controlarse cuidadosamente, especialmente porque la mayoría de los niños también toman otros medicamentos.

Muchos estudios también han indicado que la melatonina ayuda a la calidad y cantidad de sueño de los adultos (de 18 a 50 años) sin problemas diagnosticados. Sin embargo, el diseño y la confiabilidad de algunos de estos estudios han sido cuestionados, y no está claro cuál es la dosis y el momento adecuados para esta población. La investigación futura debería estar mejor diseñada y más específica.

Se ha sugerido que la melatonina es un tratamiento para una serie de otras afecciones médicas, que incluyen envejecimiento, TDAH, enfermedad de Alzheimer, cáncer, glaucoma, dolor de cabeza, presión arterial alta, enfermedad de Parkinson, dejar de fumar y discinesia tardía. Ninguna de estas afirmaciones ha sido confirmada hasta ahora, pero los estudios son limitados. La investigación está en curso en muchas de estas áreas.

Se han informado varios efectos secundarios potencialmente graves con el uso de melatonina, especialmente cuando se toma durante más de unos pocos días. Estos incluyen parasomnias como sonambulismo, sueños intensos y pesadillas, confusión, mayor riesgo de convulsiones (en aquellos con trastornos convulsivos), cambios de humor y psicosis, aumento del colesterol en la sangre, aumento de la glucosa en sangre, interrupción de la producción de hormonas y dificultad gastrointestinal. Por esta razón, la melatonina generalmente no se recomienda para pacientes con trastornos del estado de ánimo, trastornos psicóticos, aterosclerosis, diabetes, trastorno de la tiroides o enfermedad de Crohn, excepto bajo la estrecha supervisión de un médico.

Además, la melatonina puede interactuar negativamente con ciertos medicamentos. Por ejemplo, se debe evitar el uso de melatonina con otras ayudas para dormir como Ambien o con cualquier sustancia que pueda causar somnolencia (tranquilizantes como Valium, medicamentos que contienen codeína o hidrocodona, algunos antidepresivos y alcohol). La somnolencia diurna resultante puede provocar accidentes al conducir o utilizar maquinaria, así como caídas, especialmente en los ancianos.

Las personas que toman anticoagulantes, anticonvulsivos, medicamentos para el corazón, insulina o medicamentos para la diabetes por vía oral o la metanfetamina de drogas ilegales deben evitar la melatonina. Si se toma, debe ser monitoreado por un médico.

Recuerde, incluso una hormona que ocurre naturalmente en el cuerpo puede ser potencialmente peligrosa bajo ciertas circunstancias. Debe consultar a su médico antes de tomar cualquier tipo de suplemento.

**** Estas declaraciones no han sido investigadas por la FDA. La melatonina no está aprobada por la FDA para diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad ****



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