La protección de los delfines
De septiembre a marzo, las aguas que rodean Taiji, Japón, se tiñen de rojo con la sangre de miles de delfines. Taiji's Cove es un rincón protegido, rodeado por un área de bahía rocosa que actúa como un embudo natural. A lo largo de la temporada de matanza, los botes de banger ensucian el océano frente a la costa de Wakayama y están listos para luchar con los delfines migratorios en el área de la ensenada con la primera luz. Una vez dentro de la cala, los delfines se enfrentan a la muerte o están destinados a la venta en toda la industria de los delfines cautivos.

Los delfines en cautiverio siguen siendo una industria global rentable. Quizás lo que es más desalentador es el conocimiento de que quienes compran un boleto de espectáculo de delfines son personas que realmente tienden a adorar a este animal, y al igual que el personal acuático bien intencionado, no desean que estas bellezas marinas con líneas elegantes no sean dañadas. Sin embargo, la cruda realidad sigue siendo que cada persona que compra un boleto para uno de estos eventos celebrados en zoológicos, acuarios o "parques" acuáticos, contribuye al incentivo financiero para el comportamiento agresivo continuo hacia el animal. Además, y quizás más inquietante, es la forma en que la cultura japonesa ve a los delfines como plagas, al igual que la mayoría de las pulgas o garrapatas. Cualquier especie vista a través de este lente tiene dificultades para discutir su valor. Por ejemplo, si la comunidad científica comenzara a decirle a la gente que había una gran importancia para la garrapata, ¿eso nos impediría de alguna manera erradicarla? Probablemente no. Esta explicación explica mejor por qué estas matanzas continúan ocurriendo a pesar de la objeción global.

En esta región, los delfines son vistos como una amenaza porque durante su migración ejercen presión sobre el suministro de peces que también usan los humanos. Por supuesto, en realidad no estamos hablando de controlar las poblaciones de insectos dañinos, sino de la erradicación de seres inteligentes, diseñados para proporcionar la estabilidad necesaria a la cadena alimentaria acuática. Para apoyar ese objetivo final, cada año voluntarios de Sea Shepherd, llamados Cove Guardians, de todo el mundo viajan a Taiji en un intento por modificar esta peligrosa perspectiva cultural. El mensaje es sencillo. Ya sea que una persona vea a un delfín como mamífero o simplemente crea que cualquier cosa en el agua es un pez, existen suficientes pruebas convincentes para respaldar la necesidad de su existencia, ya que ayudan a mantener un suministro de agua vibrante, sin el cual la supervivencia humana sería imposible. . El enfoque central gira en torno a la lógica que la evolución cultural necesita para seguir el ritmo de las demandas de la realidad ecológica. La matanza indiscriminada de cetáceos para controlar un problema generado por los humanos no hace nada para resolver el problema, sino que continúa aumentando.

La comunidad global necesita ser dueña de los errores de sus antepasados ​​y proporcionar medidas correctivas. La forma más importante de proporcionar un apoyo ecológico positivo es detener la sobrepesca. Si bien es cierto que los delfines comen pescado, saben lo suficiente como para no matar a sus presas. Esta no es una habilidad aún aprendida por la especie humana, que posiblemente sea el defecto más fatal de la humanidad.

Para aquellos interesados, firme la petición One Voice for Japanese Dolphin Slaughter Cessation.

Esta es Deb Duxbury, para Animal Life, que le recuerda que esterilice o esterilice a su mascota.

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