¿Son espirituales los niños?
Los niños nacen con un ser espiritual innato. Su característica curiosidad e inocencia los incitará a hacer preguntas como "¿Quién me hizo?" y "¿Quién hizo el mundo?" Estas son preguntas que incluso los adultos pueden hacerse a lo largo de su propio viaje espiritual. Los niños se preguntan sobre cosas no físicas, pero a menudo no pueden expresar sus sentimientos con palabras, dependiendo de la edad del niño.

Los padres generalmente intervendrán en este momento para inculcar sus propios sistemas de creencias a sus hijos para responder a sus preguntas, guiarlos y darles a sus hijos un sentido de propósito y conexión con un poder superior, un creador, lo divino, o a la armonía del universo. Los niños se sienten cómodos cuando creen que no solo sus padres los cuidan y los cuidan. Este poder superior puede ser un hombro en el que apoyarse cuando ocurren situaciones en la vida de un niño que no entienden.

Cuando ocurren eventos que cambian la vida, como una enfermedad grave del niño o de un ser querido, el divorcio de los padres del niño o la muerte de un familiar o amigo, ese niño buscará consuelo espiritual. Saber que alguien o algo más grande que ellos está a su lado ayuda a ese niño a sobrellevar y creer en sí mismo, dándole una sensación de confianza para superar los tiempos difíciles. Los niños están menos estresados ​​y mucho más felices cuando saben que no importa lo que pase en sus vidas, no están solos y son amados.

Los niños son muy imaginativos y esto los hace bastante receptivos al mundo espiritual. Todos hemos escuchado historias sobre niños que afirman haber visto ángeles, fantasmas, espíritus de seres queridos fallecidos, espíritus de personas fallecidas que vivieron en su hogar, incluso amigos imaginarios. Los niños creen en el mundo espiritual mucho más fácilmente que muchos adultos debido a su naturaleza imparcial, y a los espíritus les resulta fácil comunicarse con los niños porque los niños no tienen ideas preconcebidas sobre el mundo espiritual. Los niños son muy cariñosos y aceptan, y esto es muy acogedor para los espíritus que desean darse a conocer.

El amor llega incondicionalmente a los niños, y ellos tienen lo que parece ser un deseo innato de darse a sí mismos. Puedes ver la alegría en la cara de un niño cuando hace algo para ayudar a otros. A los niños les gusta participar en actividades que les dan un propósito y afectan a otras personas de manera positiva. Los padres pueden enseñar a sus hijos a ser serviciales y considerados, pero parece que los niños ayudarán a otros porque están motivados, y esto les trae felicidad cuando saben que han sido parte de algo que sienten que vale la pena.

Es evidente que los niños expresan su espíritu interior incluso cuando son muy pequeños. Tienen curiosidad sobre el mundo que los rodea y sobre su lugar en él. A medida que maduran, aprenden a nutrir la parte no física de sí mismos con la guía de sus padres y otras personas a quienes admiran. Desarrollarán sus propias creencias y sistemas de valores. Los niños quieren estar contentos y se vincularán con lo que tiene sentido para ellos y lo que los satisface. La espiritualidad es muy importante para la sensación de bienestar de un niño.

Instrucciones De Vídeo: Inteligencia emocional, espiritualidad y trascendencia para niños por Nur Moreno (Mayo 2024).