Facilitadores confiables
Hay muchas formas en que un facilitador puede ganarse la confianza de un niño. Tocaré solo tres, que son las expresiones faciales, el lenguaje corporal y las reacciones y respuestas del facilitador a lo que el niño confía valientemente en ellas.

Primero, me gustaría hablar sobre las expresiones faciales. Cuando un niño está en medio de emociones furiosas, que lo hacen sentir angustiado o desesperado, observará atentamente sus expresiones faciales en busca de signos de juicio, miedo, desilusión, enojo, etc. La mayoría de las víctimas de abuso infantil saben demasiado bien lo que significa cada expresión facial de su abusador. Los niños sobrevivientes están muy en sintonía con cómo se siente su facilitador sobre lo que les está diciendo. Es importante que los facilitadores recuerden que los niños bajo su cuidado no han confiado en otros antes, con sus secretos. En consecuencia, cuando se encuentran inicialmente con el facilitador, esa persona será la que esté bajo un examen y escrutinio minucioso. Probablemente se sentarán en silencio durante la primera sesión, mientras observan cómo reacciona el facilitador y responde a lo que otros les están diciendo en el grupo. La forma en que lo haga el facilitador determinará si confiarán o no en ellos.

En segundo lugar en la lista de ganar confianza, está el tema del lenguaje corporal. El facilitador debe tratar de no hacer ciertas cosas, como sacudir la cabeza con disgusto, cuando el niño comparte algo de secreto profundo. Por ejemplo, cuando un niño describe a su abusador a un facilitador, si ese facilitador niega con la cabeza, podría crear un problema de confianza entre el facilitador y el niño en futuras sesiones. El niño podría preguntarse si el facilitador los lastimará también. Recuerde, muchas víctimas de abuso infantil han aprendido la forma difícil de leer las emociones y el lenguaje corporal. Por lo general, tienen una autoestima tan baja que cuando se encuentran con el facilitador, los niños pueden pensar que el facilitador está disgustado con ellos y sus comportamientos.

Los facilitadores deben tratar de no mirar alrededor de la habitación, mientras hablan con la víctima. Deben darle al niño víctima el respeto que se merece. Cuando alguien habla, no solo habla, sino que observa las reacciones y el lenguaje corporal. Si bien puede ser necesario que el facilitador mire alrededor de la sala a los demás, para controlar cómo se pueden sentir, el facilitador debe recordar prestar la mayor parte de su atención a la persona que habla en ese momento.

Los facilitadores deben ser conscientes de su propia postura cuando escuchan a los niños. El facilitador puede querer examinar su propia postura, para asegurarse de que no se inclinan hacia atrás, como para indicar una sensación de aburrimiento. El facilitador también debe tratar de recordar sentarse y hablar con el niño, no pararse junto a él. El facilitador no debe descansar la barbilla en sus manos, ni frotarse la barbilla para el caso, como para expresarles que desean que se apuren junto con lo que están expresando. Los facilitadores deben tratar de estar al tanto de los movimientos de las piernas, ya sea que se muerdan o no las uñas o golpeen con el lápiz o los dedos. Cada uno de estos comportamientos mostrará una sensación de impaciencia al niño individual que necesita apoyo; rompiendo así la confianza.

Instrucciones De Vídeo: Video con información del Curso de Facilitadores de RCM 2020 (Abril 2024).