Tomando tiempo libre
A veces la vida nos alcanza y nuestros cuerpos y nuestra mente piden un respiro. La gente trabaja duro en su vida diaria comenzando con el desayuno en la mañana, si tenemos suerte. El día comienza a llevar a los niños y a nosotros mismos a la escuela o al trabajo. En el medio hay cuidado de otros, compras, lavado y tareas domésticas. Luego, todo lo demás tratamos de encajar en un rápido movimiento de veinticuatro horas del día, antes de caer en la cama exhaustos por la noche.

A veces las demandas sobre nosotros son grandes; En otras ocasiones podemos sentarnos y descansar. De vez en cuando tenemos que parar lo que estamos haciendo y tomar tiempo para nosotros mismos. Nuestras almas se vuelven resentidas cuando pasamos demasiado tiempo reflexionando sobre nuestros objetivos mundanos. Deberíamos entregar parte de nuestro precioso tiempo para apreciar y estar agradecidos por las cosas que hemos logrado.

Cuando la carga se vuelve demasiado, puede ayudar a descargar algunas de las responsabilidades que asumimos. Si nos encontramos intentando hacer más de lo que somos capaces de hacer, los resultados finales nunca serán tan buenos como podrían ser. Si intentáramos hacer menos pero mejor, nos sentiríamos satisfechos con el tiempo dedicado a realizar una tarea.

Podemos encontrarnos haciendo tareas innecesarias por hábito que podrían delegarse a otra persona u olvidarse por un tiempo. Las obsesiones pueden llevar mucho tiempo y es cuando debemos priorizar el tiempo que dedicamos a hacer cosas que valen la pena. Un cambio en el hábito puede ser estimulante y motivador.

No hacer absolutamente nada de vez en cuando es bueno para la psique. Si permitimos que nuestras mentes se queden quietas y reflexionemos sobre el momento, vemos que a veces nos comprometemos a misiones innecesarias y que consumen mucho tiempo y que pueden reservarse fácilmente por un tiempo menos exigente.

Las cosas importantes para la vida son nuestra salud y nuestro bienestar. Si no nos permitimos crecer, puede provocar estancamiento y depresión. A veces, dejar ir puede llevar a la iluminación en otra dirección, pero el miedo puede detenernos. Lo desconocido siempre está frente a nosotros, depende de nosotros correr riesgos y riesgos. Si fracasamos, al menos lo hemos intentado, pero si nunca nos aventuramos a salir de nuestras zonas de confort, puede provocar enfermedades de la mente, el cuerpo y el alma.

Tómese un tiempo para disfrutar lo que se nos ha dado en abundancia y esté agradecido por las pequeñas misericordias.

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