Perfeccionismo: ¿habilitar o deshabilitar?
En 1835, Alexis de Tocqueville, un historiador francés, visitó los Estados Unidos y observó que los estadounidenses creen firmemente en la perfección del hombre. Hoy en día, la gran mayoría de los estadounidenses aún mantiene esta creencia como un ideal reforzado por la competencia en los deportes, la academia, los negocios, la industria, las artes y los medios de comunicación, la sociedad en general. La lucha por la excelencia es un aspecto normal e innato del desarrollo humano. Los problemas surgen cuando la búsqueda de la excelencia se transforma en la perfección del acecho. Cuando se establecen objetivos inalcanzables, y el adolescente impone estándares poco realistas de superioridad en su proceso de alcanzar tales objetivos, entonces el perfeccionismo se vuelve insalubre.

Los adolescentes que exhiben una forma poco saludable de perfeccionismo son aquellos cuyos estándares son altos más allá del alcance o la razón, adolescentes que se esfuerzan compulsivamente hacia objetivos imposibles y que miden su propio valor por completo en términos de productividad y logro. Normal Los perfeccionistas son aquellos que obtienen placer de la lucha por la excelencia pero reconocen y aceptan sus limitaciones individuales. Neurótico los perfeccionistas, sin embargo, poseen expectativas poco realistas y nunca están satisfechos con su desempeño. Estos dos tipos de perfeccionistas pueden clasificarse como exhibidores permitiendo perfeccionismo o incapacitante perfeccionismo El perfeccionista habilitado es flexible en su aplicación de los estándares perfeccionistas y se siente libre de ser más o menos perfeccionista dependiendo de la situación. Los investigadores han demostrado la necesidad psicológica de que los perfeccionistas discapacitados estén a la altura de expectativas poco realistas, ya sea autoimpuestas o impuestas por otros, a través de comportamientos desadaptativos específicos: trastornos alimentarios, depresión, bajo rendimiento, abuso de sustancias, trastornos obsesivos compulsivos de la personalidad, trastornos psicosomáticos y suicidio.

Hay varias formas en que el perfeccionismo puede manifestarse en el aula: dilación o retraso en la participación en las tareas que se evaluarán; retraso en la finalización de la tarea, comenzar de nuevo repetidamente en las tareas o negarse a entregar las tareas completadas; falta de voluntad para ser voluntario, compartir trabajo o participar a menos que esté seguro de la respuesta correcta; respuesta dicotómica, "todo o nada" a la evaluación o incapacidad para tolerar errores; estándares de rendimiento poco realistas; impaciencia con las imperfecciones de los demás; y reacciones excesivamente emocionales a errores relativamente menores. Estas tendencias negativistas, si no se controlan, pueden dañar seriamente el autoconcepto del estudiante y dar lugar a alienación, bajo rendimiento y / o una serie de otros comportamientos desadaptativos. La infancia tardía y la adolescencia temprana representan el período principal para la adquisición de la mentalidad perfeccionista. En consecuencia, es importante aconsejar a los adolescentes perfeccionistas lo antes posible para evitar resultados negativos o incapacitantes.

Referencias

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