Escuchar
No muchos de nosotros pensamos en "Oír". Con esto no me refiero a espiar, sino a escuchar partes de conversaciones que amigos, familiares o colegas tienen a nuestro alrededor. En realidad, no estamos incluidos, pero tampoco estamos excluidos. Por ejemplo, imagina una mesa para cenar. Hay ocho personas sentadas alrededor de la mesa. Por un momento, un orador llama la atención de todos los presentes, pero después de un tiempo la conversación se fragmenta y puede haber tres conversaciones a la vez. Las personas oyentes pueden concentrarse en la conversación que están teniendo, pero al mismo tiempo escucharán las palabras de las otras conversaciones. A veces les pedirá que digan algo como "¡Escuché eso!" o "Estoy escuchando, ¡así que no hables de mí!" (sonrisa)

La audición juega un papel importante en nuestro proceso de aprendizaje de idiomas. Al principio, un bebé responde solo cuando se le habla, y con mayor frecuencia repite las palabras que escucha. Pero a medida que pasa el tiempo, retoman más y más de la conversación que no está específicamente dirigida a ellos. Comenzamos a deletrearnos palabras (¿Lo llevaremos a la "P" "A" "R" "K"?). Aunque no le hablemos directamente al niño una vez que comencemos a hacer esto, indica que el niño ha comenzado a escuchar como parte de su proceso de aprendizaje. Todavía tiene que darse cuenta de que solo estamos expresando sugerencias y puede captar la palabra que conoce y luego exigir que lo hagamos, así que deletreamos la palabra para evitar esta reacción.

No solo los niños oyen. Como adultos, hay muchos lugares para escuchar. A veces tomamos una o dos palabras de una conversación y luego podemos unirnos con una opinión. Otras veces tenemos la televisión o la radio en segundo plano y escuchamos una o dos palabras clave. Esto puede resultar en acción: detener lo que estamos haciendo, subir el sonido y escuchar lo que se dice. Ejemplos clave de esto son cuando ocurren desastres inesperados, como el Tsunami del Día del Boxeo en Aceh, un tiroteo en la escuela o las torres gemelas del 11 de septiembre. Me pasó el día que mataron a la princesa Diana. Estaba de compras con mi hijo en una tienda de tecnología y la noticia llegó por radio en esta tienda. Estaba totalmente sordo y no escuché este anuncio, pero mi hijo sí y me alertó, se detuvo, escuchó y me contó.

Una persona sorda no tiene la capacidad de escuchar y como resultado se pierde gran parte de lo que está sucediendo en el mundo. Si mi hijo no hubiera estado conmigo ese día, habría sido ajeno a este horrible accidente. De hecho, probablemente no lo hubiera sabido por algunos días porque era antes de Internet, no tenía televisión, no podía escuchar la radio y rara vez compraba periódicos. La audición juega un papel importante en nuestra estructura social.

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