Organizando 101
La organización puede aplicar a muchas cosas diferentes y a múltiples áreas de nuestras vidas, desde obtener la despensa para tomar el control de nuestros horarios diarios hasta desenterrar años de acumulación. Aunque las tareas específicas involucradas en cada tipo de organización varían, los rudimentos son los mismos independientemente de lo que esté organizando.

Estos son los pasos básicos para conseguir (y mantener) todo organizado. Busque maneras de aplicarlos a cualquier cosa que se sienta fuera de control en su vida.

Decide cómo decidir
Como sabe cualquiera que haya intentado organizar algo, una de las partes más difíciles del proceso es tomar una decisión tras otra: qué guardar, qué tirar, dónde colocar las cosas, etc. Tener que tomar decisiones repetidas al hacer otra cosa (como desmalezar) puede ser agotador y puede hacer que ambos procesos sean mucho más difíciles.

Es por eso que recomiendo reservar un tiempo por adelantado para crear algunas pautas para la organización que va a hacer. Esto le permite ocuparse de algunas de las decisiones antes de comenzar cualquier otra cosa, y le da una especie de hoja de ruta a medida que avanza en su proyecto.

Si, por ejemplo, está trabajando para simplificar su agenda diaria, puede comenzar creando algunas pautas sobre qué tareas y actividades definitivamente necesita mantener en su calendario, que podría delegar a otra persona o retrasar hasta tienes tiempo para hacerlos y de los cuales puedes deshacerte por completo. También puede aprovechar la oportunidad de recibir información de otros y hacer una lluvia de ideas. Cuando llegue el momento de reconfigurar su horario, estará mucho mejor preparado.

Ordenar y desmalezar
Armado con sus pautas básicas, su próximo paso será clasificar y eliminar las malas hierbas. A menudo, esta es la parte más grande de cualquier proyecto de organización, especialmente si se trata de algo que se acumula en exceso con el tiempo, ya sea un escritorio, un armario o una lista de tareas. Dado lo difícil que puede ser el desmalezado, es importante dividirlo en trozos manejables.

No intente ordenar todo de una vez: un atracón de fin de semana de ordenar hasta la última pieza de ropa en sus armarios y vestidores a menudo conduce a poco más que fatiga y una pila abrumadora de ropa en la cama. En su lugar, intente clasificar solo las camisas y los suéteres, luego pasar a los pantalones y luego a los zapatos. Trata de terminar una categoría antes de comenzar con la siguiente y toma descansos cuando lo necesites.

Además, resista el impulso de profundizar en el proceso de organización (por ejemplo, moviendo cosas a otra parte de la casa, o saliendo y comprando contenedores nuevos) antes de que termine de desmalezar. Correrá el riesgo de salirse del camino y tener que repetir el trabajo que ya ha hecho.

Decide a dónde van las cosas
Una vez que sepa lo que quiere conservar, estará listo para decidir dónde deben ir las cosas. Si está organizando un espacio (como una casa u oficina), este proceso implicará echar un vistazo a cómo usa cada parte del espacio y colocar las cosas en consecuencia; por ejemplo, si su habitación familiar es el lugar donde mira televisión, juega juegos de mesa y hace proyectos de manualidades, es el lugar perfecto para su colección de DVD, juegos y rompecabezas, y suministros de arte.

Las decisiones sobre dónde deben ir las cosas también deben tener en cuenta limitaciones espaciales u otras limitaciones. Si está organizando su horario diario, por ejemplo, tendrá que trabajar en tareas de una hora cada vez que tenga una hora sólida o más que sea gratuita, en lugar de tratar de agruparlos en períodos de tiempo más pequeños. En términos generales, las cosas, ya sean tareas, citas, documentos u objetos, deben vivir en lugares que sean convenientes, fáciles de encontrar y lógicos para la persona o personas que los usan.

¡Etiqueta!
El etiquetado puede parecer un paso demasiado exigente, pero es fácil de tomar y tiene un impacto definitivo. Recomiendo etiquetar no solo a los sospechosos habituales (archivos, clasificadores de papel y similares), sino también estantes, contenedores y otros lugares donde pueda almacenar cosas. Una etiqueta es un recordatorio visual útil para usted y para otros sobre dónde deben ir las cosas, y significa que tiene una cosa menos de la que preocuparse: recuerde, por ejemplo, etiquetar el estante superior en la despensa "Suministros para hornear", y siempre saber dónde encontrar y volver a poner la harina.

Mantener, Mantener, Mantener
Al final, incluso el sistema de organización más hermoso y funcional no se mantendrá si no desarrolla buenos hábitos de organización junto con él. Adquiera la práctica de eliminar regularmente lo que no necesita o usa, de adherirse a las pautas que ha creado y de volver a colocar las cosas donde pertenecen cuando haya terminado con ellas. Desarrollar buenos hábitos requiere tiempo y dedicación, pero una vez que lo hace, mantener su espacio organizado se vuelve infinitamente más fácil. Eso vale la pena el esfuerzo.

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