Motivando con recompensas
Los estudiantes con discapacidades a menudo luchan con situaciones más allá de su control. Las habilidades académicas, sociales y de comunicación a veces sufren debido a experiencias negativas pasadas con los compañeros y al bajo rendimiento. Como resultado, la autoestima puede sufrir.

Como padres y maestros, podemos aumentar la autoestima y aumentar la motivación haciendo pequeños ajustes en la forma en que tratamos con un éxito menor en los niños. Recompensar los pequeños logros cada vez es una forma de generar confianza. Las recompensas deben elegirse sabiamente.

Lo primero a considerar son los motivadores para el niño. Una recompensa no es realmente una recompensa si el niño no tiene interés en ella. Estaba viendo una película que involucraba a adolescentes con problemas que fueron enviados a un campamento de comportamiento. En un intento de recompensar a los estudiantes, el consejero ofreció un refrigerio impopular. Por supuesto, esta recompensa no fue apreciada y el esfuerzo realizado por los niños disminuyó.

Una preocupación de algunos padres es la sensación de soborno. ¿Es una recompensa o una novia? Según The Free Dictionary, un soborno es algo, como dinero o un favor, ofrecido o dado a una persona en una posición de confianza para influir en los puntos de vista o conducta de esa persona. Es algo que sirve para influir o persuadir. Aunque hay una delgada línea entre recompensar cada vez y sobornar, ofrecer una recompensa por los logros una vez que se completa la tarea significa una recompensa.

Pensando en términos infantiles, los dulces y bocadillos serían ideales. La pregunta es, ¿qué tan apropiado es el bocadillo de sus sueños? El bocadillo de sus sueños definitivamente no sería apropiado. Los padres pueden dar muchas pequeñas recompensas, como quedarse despiertos una hora tarde, jugar o jugar a la computadora, ir al parque o descansar de las tareas domésticas.

Lo mismo puede ser cierto para las recompensas en el aula. Los maestros a menudo tienen dificultades para convertir los sentimientos negativos sobre la escuela en una experiencia positiva. Candy puede ser una solución fácil, pero inapropiada. Los hábitos alimenticios poco saludables pueden desarrollarse rápidamente. Las recompensas no alimentarias serían una mejor opción. Las recompensas más adecuadas consisten en elogios, certificados de reconocimiento, programas educativos interactivos en la computadora o una llamada telefónica positiva a casa. Algo tan simple como una sonrisa puede cambiar el resultado de una mala situación.

Las escuelas virtuales son más populares ahora que nunca. Hay formas de proporcionar refuerzo positivo. Se pueden ofrecer recompensas aunque no haya contacto cara a cara. Es importante aclarar el resultado deseado. Un objetivo medible también es útil para determinar si la recompensa aumentó la autoestima y motivó al niño.

Las recompensas intangibles, como una palmada en la espalda y elogios, se pueden usar en cualquier momento. Una vez que se determina que se ha logrado el comportamiento deseado, las recompensas pueden disminuir y finalmente detenerse. Sea creativo al desarrollar un sistema de recompensas. Las cosas que pueden funcionar para un niño pueden no ser apreciadas por otro. A veces, la recompensa más pequeña puede cambiar la actitud de un niño.

Instrucciones De Vídeo: El Verdadero Efecto de las Recompensas en la Motivación (Abril 2024).