La violencia doméstica no es una cuestión de risa
Se estima que entre 2.8 millones y 5 millones de mujeres son agredidas en su hogar por un compañero íntimo cada año, y que las mujeres sufren 10 veces más incidentes de violencia doméstica que los hombres.

Las Pautas de diagnóstico y tratamiento de la American Medical Association sobre violencia doméstica establecen que "la violencia familiar generalmente es el resultado del abuso de poder o la dominación y victimización de una persona físicamente menos poderosa por una persona físicamente más poderosa".

Hay factores adicionales que crean o mantienen el "diferencial de poder", como la desigualdad de los recursos financieros (los hombres tienen más ingresos de su empleo que las mujeres, las mujeres están empleadas en trabajos de salario mínimo a una tasa más alta que los hombres y se quedan más mujeres en el hogar, las madres y las amas de casa debido al alto costo del cuidado infantil), las conexiones familiares, los problemas médicos o el estado de salud, también pueden fomentar situaciones en las que la persona más poderosa (el 91% de todos los abusadores en Estados Unidos son hombres) ejerce un control o intimidación inapropiados la persona menos poderosa

Cualquier mal uso del poder, especialmente el que involucra violencia física, intimidación psicológica o maltrato infantil como resultado del abuso conyugal, constituye abuso o maltrato.

Según la Oficina de Violencia contra la Mujer del Departamento de Justicia, “La violencia doméstica puede ser acciones físicas, sexuales, emocionales, económicas o psicológicas o amenazas de acciones que influyen en otra persona. Esto incluye cualquier comportamiento que intimide, manipule, humille, aísle, asuste, aterrorice, coaccione, amenace, culpe, hiera, hiera o hiera a alguien ".

Muchos agresores que eventualmente dejan de usar la violencia física sustituyen el abuso psicológico y la intimidación. La víctima debe comprender que incluso en las relaciones en las que la violencia física ha cesado, un clima de miedo puede persistir a un nivel en el que la pareja maltratada continúa cumpliendo con las solicitudes de la pareja dominante por temor a que la violencia física se reanude.

Los agresores a menudo son difíciles de identificar porque rara vez se presentan con síntomas que sugieran problemas de violencia; sin embargo, pueden buscar atención para las lesiones recibidas de un episodio violento en el que los intentos de la víctima de defenderse resultan en lesiones para el agresor (por ejemplo, fracturas de manos, mordeduras, laceraciones, lesiones oculares).

La gravedad del abuso conyugal y la violencia doméstica en general, no puede ser subestimada. Romper el ciclo intergeneracional de abuso y proteger a los niños de la exposición a la violencia es un objetivo vital del proceso judicial.

Instrucciones De Vídeo: EL ORDEN DE LAS COSAS - Corto contra la violencia de género (Abril 2024).