Pruebas de IMC inexactas
El índice de masa corporal o IMC es el medio más confiable por los médicos para medir la grasa corporal en sus pacientes. Sin embargo, esta herramienta de diagnóstico una vez anunciada ahora está plagada de controversia. ¿Qué explica el mayor escepticismo y la reacción resultante contra el uso del método de IMC? Los cálculos de IMC son rápidos y fáciles. También son notoriamente inexactos e imprecisos. Los expertos sostienen que hay mejores métodos disponibles para medir la grasa corporal y comprender la salud del paciente.

Desarrollo de IMC
El índice de masa corporal comenzó como un experimento del investigador belga Adophe Quetelet en 1842. Quería determinar la imagen corporal masculina ideal y se le ocurrió una fórmula basada en tomar el peso de un individuo y dividirlo por la altura al cuadrado. Al probar una pequeña muestra de machos belgas, Quetelet creía que había encontrado la forma humana ideal perfecta.

Pero no fue hasta principios del siglo XX que esta fórmula cruda fue sacada de la oscuridad y utilizada para probar porciones más grandes de la población. Las compañías de seguros querían una forma de demostrar que los titulares de pólizas con sobrepeso tenían un mayor riesgo de diabetes o enfermedad cardíaca. Cualquier cosa más allá del rango normal apuntaba a mayores riesgos para la salud. Los cálculos premium se basaron en poco más que una tendencia construida.

Finalmente, los médicos vieron el IMC como la herramienta de diagnóstico perfecta. Fue rápido, fácil de realizar y los resultados fueron fácilmente comprendidos por los pacientes. Como una herramienta de diagnóstico fácil de usar, el IMC se convirtió rápidamente en el medio estándar para medir el porcentaje de grasa corporal. En 1998 se introdujo un conjunto de números como 25 y 30, lo que facilita a los pacientes comprender dónde cayeron en la escala de grasa.

Deficiencias de IMC
La facilidad del IMC es una espada de doble filo, ya que es muy impreciso para obtener un diagnóstico adecuado. Los datos de otras pruebas que incluyen medir pliegues de la piel o circunferencia de la cintura no son mucho más difíciles, pero la información no es tan maleable. La altura y el peso se miden y calculan en cuestión de segundos y se genera rápidamente un número. Los métodos alternativos también carecen de los números redondos que tanto le gustan al público, que requieren explicaciones más largas y minuciosas sobre sus resultados.

Los expertos hablan
Pero el índice de masa corporal aún no puede proporcionar la historia completa de la salud de un individuo. Las mediciones de IMC son por consiguiente imprecisas e inexactas en sus hallazgos, ya que no señalan la diferencia entre el peso de la grasa y el peso muscular. Según las tablas, cuanto mayor es el cálculo del IMC, más enfermo es el paciente. La Dra. Kelly Brownell, Directora del Centro de Yale para los Trastornos de la Alimentación y el Peso, explica que la condición física y la grasa se pueden cumplir. Un individuo gordo que está en forma puede estar mucho mejor que una contraparte delgada que no está en forma.

El Dr. Jonathan C.K. Wells ha producido varios estudios para el International Journal of Obesity para respaldar sus críticas al IMC. En "Un análisis de la tabla Hattori del índice de masa corporal en bebés y niños" Wells concluye que el IMC es una mala elección para determinar la obesidad. La obesidad es tener más tejido graso, no solo pesar más. Wells argumenta en contra de confiar en esos puntos de ajuste fáciles de leer, como 25 y 30, que no pueden distinguir la grasa de la verdadera obesidad.

Estas cifras no explican la salud del paciente, explica la Dra. Kathleen M. Zelman. Un número puede generar falsas alarmas o falsas esperanzas; un paciente puede cambiar innecesariamente su dieta o creer que su grasa corporal es la correcta. Los atletas musculares pesan más porque tienen más tejido muscular que tejido graso y, por el contrario, la anciana anciana puede no haber perdido peso pero habrá perdido masa muscular. Zelman señala que el IMC ignora el género, los hábitos alimenticios, el nivel de actividad física y el historial médico familiar del paciente.

Se deben realizar evaluaciones adicionales para obtener la historia completa sobre las mediciones de grasa corporal de una persona. Si el atleta y la viejita terminan con los mismos números que el IMC, ¿cómo podrían tener la misma condición física? Zelman reconoce que el IMC es un punto de partida y nada más.

Popular entre médicos y pacientes por igual, el índice de masa corporal goza de un seguimiento fiel entre aquellos que desean medir la grasa corporal rápidamente. Pero sus hallazgos son inexactos e imprecisos. Las pruebas de fuerza y ​​condición física, los pesos medidos en el tiempo y los historiales personales son indicadores mucho mejores. La salud es más que números que tienen poca sustancia detrás de ellos.

Fuentes: //www.slate.com/id/2223095
//www.obesitymyths.com/downloads/ObesityMyths.pdf
//www.webmd.com/diet/features/how-accurate-body-mass-index-bmi

Este artículo ha aparecido anteriormente en uno de los sitios de redacción del editor y es la creación original del editor del sitio de menopausia CoffeBreakBlog. Se ha presentado aquí para el interés de los lectores del sitio de menopausia.

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