Batalla del presupuesto
La batalla del presupuesto de los Estados Unidos no es nueva. Estados Unidos está fuertemente endeudado y pide prestados hasta 0,40 por cada dólar gastado. El gobierno estadounidense ahora se encuentra en la incómoda situación de encontrar su crédito casi al límite, pero el gasto continúa.

Una cuestión que enfrentan los congresistas y representantes es la cuestión de un techo de deuda. El techo de la deuda es la cantidad de dinero que el país puede pedir prestado para cubrir sus gastos. Este número lo establece el Congreso. Se ha planteado 74 veces desde la década de 1960. A partir de abril de 2011, el techo de la deuda es de 14 billones de dólares. Dado que se espera alcanzar esa cantidad en mayo de 2011, el gobierno estadounidense sintió que el peso de un cierre del gobierno financiero se avecinaba en la primavera del año. Si sucediera, el dólar estadounidense perdería valor y se sentirían efectos inmediatos. Los salarios militares, los pagos del Seguro Social, los pagos de jubilación y Medicare estipularían. El país no podría mantener los pagos de intereses sobre la deuda, creando más problemas para la inestable situación financiera estadounidense.

Un acuerdo de último momento entre demócratas, republicanos e independientes se evitó el cierre del gobierno la noche anterior al final del presupuesto actual. La gente en los Estados Unidos lanzó un suspiro de alivio y fue una gran parodia de Saturday Night Live.

Una persona similar al presidente Obama señaló que nadie estaba contento con el compromiso, desde los custodios hasta los ayudantes, desde los miembros del ejército hasta "... los trabajadores gubernamentales no exaltados están molestos porque se les recuerda una vez más que no son esenciales". Incluso los niños, ahora obligados a llevar esas vacaciones familiares programadas a los Parques Nacionales, amenazados con el cierre si el gobierno tuviera un cierre financiero, no estaban contentos de que el problema se hubiera resuelto, según el cómic.

Aparte de SNL, la mayoría de los estadounidenses aprueban el compromiso, con una encuesta de CNN que muestra un 58% a favor del acuerdo y un 38% en contra.

¿De qué no están los ciudadanos a favor? Congreso y el presidente, parece. Con los índices de aprobación del Congreso cayendo en las marcas del 20% y Obama en un exiguo 48%, los políticos se dieron cuenta de que era hora de jugar a la pelota. Los demócratas y los republicanos hicieron sacrificios a lo que creían que era importante, y los independientes hicieron que el acuerdo se hiciera realidad.

Los observadores políticos señalan que la crisis presupuestaria dejó una cosa muy clara: ambas partes están repensando su posición no solo en el gasto, sino en quiénes son. Los republicanos parecen estar reconsiderando lo que significa ser conservador, equilibrando sus estándares morales y obligaciones financieras, y el presidente parece estar tratando de redefinir "liberal" para su partido.

Se necesitará trabajo en ambos lados del pasillo político, más compromiso y responsabilidad financiera como este país no ha visto en décadas para detener la batalla del presupuesto.



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